jueves, 16 de abril de 2009

Tuenti fenómeno en internet

Zaryn Dentel, co-fundador y consejero delegado de Tuenti
Creó Tuenti con apenas 23 años. Hoy, dos años después, se ha convertido en la primera red social española, especialmente entre los adolescentes. Zaryn Dentzel nos cuenta el secreto de su éxito.
Emprendedores Isabel García Méndez

¿Qué tienen en común Bill Gates, Paul Allen, Mark Zuckerberg, Michael Dell, Alexander Levin o Zaryn Dentzel? Todos crearon su empresa antes de los 25. Gates y Allen fundaron Microsoft cuando tenían 20 y 22 años respectivamente; Zuckerberg, el más precoz del grupo, lanzó Facebook con 19. Dell fundó Dell computer a los 22 y Levin montó WordPress con 23. La misma edad con la que Zaryn Dentzel puso en marcha a finales del 2006 y principios del 2007 Tuenti, la primera red social española ente los adolescentes.
Con casi 11.000 millones de páginas vistas al mes y una cifra de usuarios únicos que oscila entre los 3,5 millones que le da Nielsen Online o los 5,1 que le otorga Internet ComScore, Tuenti se ha convertido en apenas dos años en todo un fenómeno cibernético entre el segmento más joven del país. Para saber qué tiene de especial esta red hemos querido entrevistar a su co-fundador y consejero delegado, Zaryn Dentzel.
Cuando le ves llegar, con sus casi 1,90 de estatura, su pelo rubio rapado, su sudadera deportiva y sus pantalones caídos, te lo imaginas fácilmente con una tabla de surf bajo el brazo corriendo a coger las olas de sus playas californianas. Y sin embargo, aquí está. En sus oficinas de la madrileña Plaza de las Cortes, ejerciendo de consejero delegado. Tiene apenas 25 años, aunque físicamente todavía aparenta menos, y cuando habla, en un castellano fluido salpicado de expresiones inglesas, aún parece más joven. Sin embargo, nada de lo que dice tiene desperdicio. Es el emprendedor en estado puro.
Un fenómeno como el suyo, dirigiendo con 25 años una empresa sólida que creó con 23 años tras una experiencia empresarial fallida a los 21 ¿sería posible para un español? ¿Hay mucha diferencia entre la mentalidad emprendedora de Estados Unidos y la de España?ZARYN DENTZEL. Ahora mismo hay cambios que son fuerzas globales que nadie puede parar y eso hace que tanto un español, como un chino, como un norteamericano o un indio tenga acceso a unas redes de comunicación y a unas tecnologías que le permiten hacer cosas increíbles. Ahora bien, es cierto que hay diferencias. Yo hice cuarto de la ESO aquí en España y la enseñanza que se da aquí es mucho peor que en Estados Unidos, está muy enfocada a memorizar cosas, no a aprender ni a debatir ni a cuestionar. En Estados Unidos desde que eres un bebé te están diciendo que puedes ser lo que quieras ser, puedes ser presidente, puedes ser astronauta. Sólo tienes que tomar tu decisión. Y luego cuando estás en la escuela siempre hay un respeto para el no conformista, para las ideas en sí. Aquí en España las grandes instituciones de enseñanza están muy basadas en almacenar datos y esto ya no tiene relevancia en el mundo de Google. Tu valor ya no se mide por la información que sabes sino o por cómo te las arreglas para acceder a esta información, por cómo la interpretas y la analizas. Aun así, yo he visto muchos españoles con 21 años que sé que van a hacer grandes cosas, porque han tenido acceso a mucha información y van a crear compañías.
EMP. Llegó a España por primera vez cuando tenía 15 años para pasar un curso en régimen de intercambio. Venía buscando una ciudad grande con mar donde pudiese practicar la navegación, su deporte favorito. Y en lugar de eso le mandaron a Extremadura. ¿No pensó Spain is different?Z.D.(Risas) Es cierto. California es un estado muy influenciado por Latinoamérica y enseguida entiendes la importancia de España en el mundo. Desde el principio yo sabía que tenía que ser bilingüe y aprender la cultura española. Así que con 15 años les dije a mis padres que quería ir a España a pasar un año de intercambio. Y ellos me dijeron, “¿Quieres hacerlo? Bien, me parece buena idea pero hazlo tú.” Y eso hice. Estuve mirando en Internet diferentes opciones hasta que me decidí por una y les envié una carta diciéndoles que me interesaba mucho el español y toda la cultura y que quería venir a una ciudad grande donde hubiese mar y donde pudiese practicar la navegación. En lugar de eso me mandaron a Cabeza del Buey, un pueblo muy bonito de Extremadura…(Se ríe) Yo estaba flipando. Llegué en otoño y enseguida apareció el frío, un frío que en aquel pueblo se combatía con esas mesas con estufas (el brasero). Me parecía como si hubiese retrocedido en el tiempo. Me preguntaba ¿dónde estoy? Pero la verdad es que era lo que me hacía falta porque fue como un test, no podía hablar inglés y eso me obligó a aprender muy rápido el español y desde una perspectiva distinta. Fue muy interesante. Los compañeros del instituto me hablaban de los grandes conquistadores extremeños con muchísimo orgullo y de lo grande que era Extremadura y que era una tierra de la que salían grandes personas. Aprendí mucho. Fue duro pero hice grandes amigos. La última parte, casi mitad mitad, la hice en Mijas. Allí ya sí, por fin, había mar, pero fue una experiencia muy distinta, porque también había más extranjeros.